Sobre Mí

Mamá, fotógrafa, descalza, despeinada y loca. Por ese orden.

Que quería ser mamá, eso lo supe siempre, y sucedió cuando tuvo que suceder… pero lo de ser fotógrafa, no fue posible desde el principio.

Comencé como ayudante de fotografía de muy jovencita, unos 14 años, con un fotógrafo fantástico que me inculcó conocimientos y destrezas, pero mi entorno me decía que de eso no se podría vivir, que el artisteo trae hambre y que era mejor ser seria, responsable y organizada, que debía estudiar una carrera. Como buena borrega social, hice caso. Elegí aquello con lo  que más empatizaba, las personas, y estudié Trabajo Social para poder estar en contacto con aquellas que lo necesitaban de una forma u otra.

Pero con la maternidad, y los horarios de trabajo demenciales y poco compatibles con una familia que tenemos en este país, perdí mi trabajo en la empresa privada. Y entonces, (muchos me entenderéis) entras en ese bucle en el que encontrar un trabajo compatible con tu vida como madre a tiempo completo resulta imposible.

Y la cabeza te da vueltas. Y ser madre te acelera el corazón, te eriza la piel, te devuelve a tu origen. Te hace querer ser más y mejor, te arroja necesidades que has de resolver de forma creativa, retos, y sobre todo te da mucha fuerza para seguir adelante y enfrentarte al mundo.

LorenFotografía fue un sueño no cumplido que comienza a fraguarse en ese momento de cambio, ya no solo en mi cabeza, sino en lo cotidiano de mi día a día. Volví a estudiar en una de las mejores escuelas de fotografía de Madrid (WorkshopExperience) y con empeño, empuje y ganas, comencé a rodar! He descubierto con el tiempo que soy mucho mejor en este trabajo como profesional, como madre, como amiga, como persona… Y que lo social me ayuda a tener sensibilidad y empatía. Supongo que uno sólo puede brillar cuando desarrolla aquello que le apasiona, y ahora estoy en el mejor momento de mi vida.

Ahora puedo estar más descalza, ir más despeinada, y volverme más loca. Ahora soy más adicta a la vida de lo que nunca me permití serlo.

Y es que como fotógrafa, puedo ser yo, y adentrarme en el maravilloso mundo interior de las personas a las que fotografío, compartir momentos inolvidables con ellos, y además proporcionarles un recuerdo para toda la vida con el que se sientan identificados, reales, naturales, y que reflejen todo aquello que llevan por dentro.

Para fotografíar, suelo pedir a la gente que me cuente un poco qué son, qué sienten, qué les apasiona, y quiero encontrarles tras mi objetivo haciendo aquellas cosas que les hacen felices, para poder sacar lo mejor de ellos mismos. A lo natural, sin artificios. Me apasiona la fotografía infantil, la de familias, bodas,  la de momentos especiales sean cuales sean, y la de las empresas que crean esas personas especiales en las que ponen todo su empeño e ilusión, como yo lo hice…. Soy una enamorada de todo aquello que me rodea, y de las personas especiales que se entregan, se comparten, y aman con fuerza. 

La gente es maravillosa en general, y particularmente cada uno de vosotros, un mundo alucinante por descubrir, y yo, detrás de mi cámara, espero a que la magia suceda y pueda entrar en él.

-Loren González