Boda bonica pa contar

Hace muchos meses que A & S se pusieron en contacto conmigo para pedirme presupuesto para sus fotos de boda. Les respondí al mail muy maja yo, y les pedí, como hago siempre, que tuvieran una reunión conmigo (si se puede presencial frente a un café mejor, pero la pandemia nos ha hecho ver que las reuniones por zoom o meet funcionan guay y al final también resultan cálidas, y ahorran gasolina, desplazamiento y tiempo). Esto es imprescindible para mí porque necesito que intuyeran si yo tenía lo que tiene que tener una persona a la que invitarían a su boda.

Sin ese sentimiento, no me elijáis, es mejor que no trabajemos junto/as.

Sí, queridos. Como persona y fotógrafa que va a acompañaros toooodo el día (o unas horas, depende de la tarifa que contrates según lo grande o pequeña sea tu boda) en ese momento tan clave de vuestra vida, tengo que ser adecuada. Tenéis que sentir conexión en esa primera toma de contacto. Ver qué sensaciones te da a persona con la que hablas y fiarte de tu intuición e instinto con lo que escuches y veas es MUY IMPORTANTE.

Conocer su visión sobre las bodas, cómo encara el trabajo, qué es importante para ella y cómo ve las particularidades de vuestro gran día, y la importancia que le da a los momentos que tú has planeado con tanto cariño es básico.

Estar todo el día con alguien que a priori no os ha caído bien, o no os ha hecho sentir importantes, o no ha entendido de qué va la vaina, o simplemente que no os da buen rollo y ya está, es un error.

Luego hablaremos de presupuestos y de pasta. Pero por favor, sin esa seguridad, no elijáis.

No sé que vieron en mí, aunque supongo que algo chulo porque me eligieron, pero lo que yo tuve claro, es que quería hacerles su boda. Por múltiples razones, pero sobre todo por la más importante para mí: porque había mucha verdad. Sus emociones y sus pretensiones eran auténticas, planearon la boda que yo hubiera planeado, sentían su día como yo lo hubiera sentido, porque lo importante simplemente eran ellas dos, y su familia.
Ellas dos haciendo equipo, adaptándose a las circunstancias, sin pretensiones superfluas ni momentos impostados. Ellas dos sintiendo con sencillez lo que lleva haciéndoles estar juntas dede hace ya más de 10 años.

Y luego vino su gran día, y su preciosa familia, que me hizo sentir que formaba de alguna manera parte de ese todo, que me dieron cariño, que me hicieron reír, que me impulsaron fuerte, porque al final, queridos, sentirte así de bien mientras trabajas, quieras o no, es un impulso enorme.

Aún no les he entregado el trabajo completo, simplemente un adelanto de lo que fue, pero ya escribo la entrada porque confío en el futuro, porque estoy disfrutando mucho del proceso, y porque me dejan enseñarlo. Esto es una suerte, y yo no puedo más que sentir agradecimiento por ello.

Aquí van algunas fotos, un pequeño resumen de esta historia.

Gracias por elegirme.