Hola amiguitos.
La frase «hace mucho que no aparezco por aquí» ya está muy manida en este mundo de internet. La oímos constantemente a modo de excusa por dejar de hacer cosas que, la verdad, nadie estaba esperando, y que son más imposiciones personales que otra cosa ¿Qué os importa si vine o dejé de venir? No, no debiera haber sido el inicio de este texto pero honestamente hace tanto que no escribo que estoy desentrenada.
Esto del blog para mí fue una herramienta muy útil, mostraba mi trabajo en imágenes de forma extensa pero además me daba rienda suelta a desarrollar otra de mis facetas creativas: la escritura. No soy Emilia Pardo Bazán, el mundo de las letras no pierde nada si no escribo, pero yo sí pierdo una parte muy importante de mi identidad. Me encanta escribir y no sé usar pocas palabras para explicar algo, (¡pa algo tenemos un vocabulario tan rico en nuestra lengua, pa usarlo!). Disfruto leyendo y escuchando historias, y también contándolas a mi modo. Aquí puedo, sin medir los caracteres, expresar aquellas partes de mí y de mi proyecto que lo hacen mío.
Pero la Loren que empezó soñando ser fotógrafa, escribiendo un blog y subiendo imágenes, no es la que soy ahora. Tras esta que os escribe hay mucho trabajo, varias caídas para volver a levantarme, creencias que he tenido que destruir, y muchas barreras autoimpuestas y absolutamente limitantes que a veces singuen poniéndome la zancadilla. He aprendido que nada cambia si no cambio, que no hay enemigos ni batallas tan destructivas en el mundo como las que luchas contra ti misma. Quizás este es el mejor de mis aprendizajes. No sé si lo será de los que vendrán.
Cuando empecé no sabía si podría, la verdad, pues tenía poca confianza en mí y en mis capacidades, pero no hice ningún caso (no es meritorio, suelo darme poca importancia y tampoco tenía un plan mejor). En mi huída hacia adelante sólo tenía un sueño y poca imaginación para diseñar un futuro. Esto, queridos, ha jugado a mi favor: suelo vivir en el presente y tender a pensar en lo que tengo que hacer ahora y no en lo que vendrá, así es que eso hace que al final, pasito a paso, hayas andado un camino sin darte mucha cuenta.
Pocas cosas han ido siendo como las pensaba en un mundo como el de ahora. Un mundo que yo no entiendo ni me empeño en entender donde la tecnología es lo que prima, las redes sociales son el termómetro del mundo, y lo rápido es lo único que se mastica. Cuando te pones al día en un aspecto de tu proyecto, en pocas semanas te das cuenta de que toca volver a revisarlo porque ahora hay una forma mejor de hacerlo, más cómoda, más accesible para todo el mundo. Y queridos, no llego. Voy muy despacio, y no sé si nadaré cómodamente en la superficie algún día. Pero con mis limitaciones, y algunas partes de mí que no se adaptan al ritmo actual, miro a mi alrededor y siento que no hay ido mal, que más o menos estoy en el lugar que quiero estar, y que mi vida se parece mucho y cada vez más a mi yo interior.
Esto se traduce en equilibrio, en que cada vez encuentro más en paz.
Y aquí espero reflejar esa paz y ese equilibrio también.
¿Has echado tú la vista atrás este septiembre? Dicen que de eso va la vuelta al cole y yo, sin quererlo, he empezado a escribir una entrada que ha terminado en un repaso y análisis personal somero e improvisado. Va a ser verdad. Me he puesto estupenda, que me pasa mucho. En fin, lo que tenga que ser será con mi vida, con mi proyecto, y por supuesto con este blog, pero lo que sea, que sea bonito.
¿Qué te parece? ¿Tendrás pa paciencia de escucharme?