La llegada de un bebé es una ilusión con traje y corbata, de esas serias, de esas que tienes que vestirte de largo para recibirla porque es importante. La verdad es que a mí me pasó, y creo que a muchas mamás primerizas también, que te la esperas como un cuento de hadas y cuando sucede, es cuando eres consciente de que se te ha montado un lío que no habías visto venir de frente.
Ya, soy un poco bruta. Igual debiera estar hablando de cuánto amor sientes (que también, aunque no siempre viene desde el principio y no pasa nada), de qué regalo de la vida (que también, aunque a veces lo pasas mal, y sientes mucho miedo) pero hablo de lo que conozco, de lo que sé, y de lo que todas hemos sentido alguna vez. No pasa nada, hay que quitar hierro al asunto.
Pero esto que sentimos todas, algunas lo controlan mejor que otras, y tampoco pasa nada. Yo fui un desastre, y a veces siento que me encantaría volver a ser madre para remediarlo, pero ya se me queda un poco lejos el sueño. Sobre todo lo siento así cuando conozco a mamás primerizas que está sintiendo todo lo que todas sentimos, pero fluyen con calma.
Sí, lo sé, soy Antoñita la fantástica. Comparto con vosotros algún mail de contacto, algunas cosas bonitas que me contáis sobre vuestra familia, un par de ratos físicamente, durante el embarazo una sesión, hora y pico larga, otra en el nacimiento, chárchara, risas, confidencias a medias… ¿Cómo sólo con eso puedes hacerte una idea? Pues me la hago porque soy capaz de sentirlo por gestos, por movimientos, por sonrisas, por las miradas que compartís con el papá o la mamá … son pequeños detalles que te indican muchas cosas y hasta ahora para mí, todas han sido normales y comprensibles independientemente de que fueran más calmadas o experiencias más complicadas.
Esto también se dice y no pasa nada. En la vida todo son procesos que hay que atravesar.
Con ellos estuve mucho rato hablando sobre esto, sobre nuestras experiencias. Al final el tema de conversación es evidente, es el momento y quiero compartirlo a tope, porque también es mi forma de revivirlo, y naturalizarlo y quedarnos con lo bueno es lo que pretendo siempre que estamos juntos y que tengo la oportunidad de afotaros.
Yo estoy aquí para que tengamos un recuerdo, que espero que sea lo más estético posible, claro, pero que también quiero que refleje todo lo que sucede. Con ellos es cierto que había paz, calma, música de fondo y una luz bonita entrando por la ventana, pero imposible de igualar a la luz que desprenden ellos, que son así de increíbles.
Esta entrada lleva escrita mucho tiempo, y no había conseguido publicarla aún. Nunca voy a tiempo. De esto hace ya casi un año, pero sigo viendo estas fotos y me remuevo, me gustan, me dan paz, me hacen feliz….



























