Estoy fascinada con el fin de semana largo que he pasado en el norte de Portugal, en la zona de Braganza, y es por eso que me decido a contaros un poco y enseñaros algunas imágenes que allí tomamos, por si os sirve de idea.
Supongo que no es el viaje de los sueños de cualquiera, ahora veréis, pero estoy segura que sí el de muchas personas que, como yo, disfrutan de lo simple.
Ante todo avisar que sí, que salió perfecto porque lo natural, lo sencillo, nunca falla, pero no por haberlo planeado. No soy buena organizando, he de ser honesta, así es que por casualidad encontré en internet un agroalojamiento a muy buen precio que me pareció que se ajustaba a lo que yo buscaba: una aldea pequeña, no muy lejos de Madrid, paz, tranquilidad, buenos comentarios en booking… y ocio sin estrés para el Rubito. Reservé y me olvidé, hasta que puse en el GPS la dirección del lugar de la reserva el mismo día que marchaba para allá.
Descubrí al llegar que Caravela es una aldea de unos 60 habitantes al norte de Portugal, perteneciente al distrito de Braganza, justo en el parque natural de Montesinhos y es allí donde está ubicada Casarao dos Reís, la casa que la Señora Sara regenta. Tiene una casa grandota de pueblo, de esas con encanto, con espacios amplios, con garaje, con granja, y tiene además mucho espíritu, y por lo que vi, un corazón enorme, pero eso ya lo descubriréis si vais a conocerla.
Nos recibieron genial, la estancia allí es cómoda, tranquila y acogedora. El Rubito se iba a ratos con Tía Sara, a ratos con Paula (otra chica que ayuda a llevar la casa, y que es más maja que las pesetas) a ver los animales, al garaje con las bicis…. Con total tranquilidad. Yo como una reina. Allí en la aldea todo el mundo es muy afable. Pasamos la tarde entre sus gentes, parando a cada calle, un vinito, te ofrecían buena conversación, bromas al niño, juegos, un vinito, ideas sobre qué visitar esos días, qué ver, qué comer (cenamos espectacularmente con la sobrina de Sara en su Portela sin carta, a lo que tuvieran, y os aseguro que fue una sorpresa maravillosa!! Cómo cocina esa mujer!!!!Y un vinito!!), anécdotas de las aldeas, de sus habitantes, de cómo fueron y cómo son las cosas … y en esas a mi la tarde me pasó volando, encontrándome como en familia, y planeando, porque es así como organizo los viajes: al buen viento.
Ya tenía planes para los dos días que quedaban gracias a todos ellos. Ea. Que no hay que agobiarse.
Hemos visitado Braganza, por su puesto, pero sobre todo varias aldeas de la zona que son una maravilla, unas más conocidas, otras de esas que conocen ellos, pero a cual más bonita. No hay más que ver las fotos.
Una de mis favoritas fue Rio de Onor. No me lo apunté, lo tenía todo en mi cabeza de las charlas de la tarde anterior, y como soy un desastre me costó encontrarla, pero preguntando a la gente, llegamos bien, y es preciosa. Allí igual, nos quedamos con Francisco y su mujer, que regentan el bar de la aldea, a charlar un rato. ¿Les conoces de algo? Pos no, pero os prometo que pasaré a volver a verles en cuanto pueda, porque son amigables a tope y ya tenemos planes para disfrutar del río, y sé que se alegrarán mucho de volver a vernos.
Aldeia de Montesinho nos llevó a un paraje maravilloso, y a media mañana con Isaac, que nos contó sobre su aldea, y con el que nos tomamos un café la mar de rico. Le compramos miel y tengo su teléfono porque no muy lejos volveremos a vernos. Tiene una casita que me puede dejar para visitarles de nuevo …
Antes de volver, pasamos por Puebla de Sanabría, que estaba muy cerca, y que para ellos era como la segunda ciudad a la que acudir para trámites y otras movidas, pero me apetece hacerlo aparte, porque ese lugar ya es un sitio turístico, con mucha gente, con precios normales de lugares masificados, con tiendas de recuerdos, y movidas así. Y creo que igual lo cuento aparte.
Volviendo a mis aldeitas, podría contar sobre los olores, el espectáculo visual de sus calles con flores, los ríos, sus gentes, lo bien que se come allí (aunque mucha mucha cantidad, os lo aviso) y lo que me recuerda su comida a mi tierra, por el condimento y los aliños… Pero es que se me va a hacer muy largo. Tampoco voy a poner fotos donde aparecen ellos, las personas con las que compartimos, por si acaso no les gusta. Hice muchas fotos, pero las he elegido un poco al tran tran para subirlas, porque aunque tengo algunas fotos preciosas que me ha hecho el rubio, no quiero saturar.
Sólo deciros que hay que visitar lugares como estos, y disfrutar de lo esencial, nunca olvidar de dónde venimos.
Sólo hay que tener en cuenta una cosa: no hay mucha cobertura, y no podrás informarte mucho, ni tampoco usar demasiado el GPS, pero te aseguro que pares donde pares, vas a disfrutar. Y por supuesto, no vas a tener mucha posibilidad de estar pendiente del móvil: disfrútalo.
Un viaje contigo y con el rubio seguro que es el viaje de los sueños de cualquiera. Porque no es tanto lo que haces, sino con quién lo haces. Unas fotos preciosas, en un lugar fantástico, por una familia increíble, que es la que formáis tú y tu grandullón. Besitos